"Bowling for Columbine" es un documental dedicado a la controvertida cuestión de la posesión de armas legales en los Estados Unidos. La película comienza mostrando la facilidad con la que se puede adquirir un arma de fuego en dicho país: solamente es necesario abrir una cuenta bancaria. Partiendo de esa idea, Moore analiza los trágicos sucesos de school shooting, así como el ocurrido en el instituto de Columbine en 1999, en el que dos jóvenes antes de suicidarse acabaron con la vida de catorce alumnos y un profesor. También analiza otro hecho similar que ocurrió en Flint, al sur de Denver, donde un niño de seis años le robó el arma a su tío y asesinó a una niña de su clase.
El documental lanza diversas hipótesis que intentan esclarecer por qué en EE.UU. existe esa fiebre por las armas de fuego. Se exponen cifras y datos, contrastados con los índices de posesión de armas y criminalidad en otros países como Canadá. Moore entrevista a personas como Marilyn Manson, acusado de inducir a la violencia a los chicos de Columbine a través de las letras de sus canciones; o Charlton Heston, presidente de la Asociación Nacional del Rifle. Tampoco se deja en el camino a autoridades, gentes de la calle, profesores, intelectuales, fanáticos y demás.
La conclusión a la que hace llegar la obra de Michael Moore es que los norteamericanos viven bajo la cultura del miedo. La historia de Estados Unidos ejemplifica cómo todas las generaciones han crecido temiendo a un enemigo contra el que creían deberse defender; y aún más hoy, cuando los medios de comunicación, junto al gobierno, se encargan de seleccionar y manipular información, mostrando que el enemigo puede ser cualquiera.
El género documental lleva implícito un punto de vista difícilmente desligable del resultado, el autor imprime un sello, una intención y construye una realidad a su manera mediante una serie de técnicas. Desde sus comienzos el documental ha sido un género no ambiguo pero si carente de delimitación, según Miquel Francés (La producción de documentales en la era digital, Madrid: Ed.Cátedra. 2003) no es más que “la consecución de una historia a partir del mundo real y su concreción en un discurso audiovisual debidamente estructurado”.
En el caso de “Bowling for Columbine” observamos la modalidad performativa, que añadirá un punto de subjetividad, suficiente para guiarnos por la supuesta verdad sostenida por el director. Nos acerca la historia, la hace más natural y sobre todo imprime en primera persona la opinión del creador.
La obra de Michael Moore pone de manifiesto que entre el documental y la ficción no hay fronteras y que toda construcción lleva implícita una manipulación que no hay que temer, las historias se confeccionan de acuerdo a un propósito, y aquí la “manipulación” está completamente justifica. El director sale a la calle y pregunta, la cámara observará sus movimientos y será testigo directo de la verdad, un contexto complejo y una situación que denunciar y sobre la que hay que reflexionar.
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